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martes, 25 de octubre de 2011

Salta la Banca en San Telmo: La confirmación de una gesta impresionante

Así fue nomas. Llegamos a San Telmo para vivir una fecha con tintes emotivos y cómo no, de fiesta, en la que sería la última de las tres presentaciones de Salta la Banca en su estreno en La Trastienda.


FOTO: Belen Panizzi

Cuestión de fe y algo más. Esta banda que posee entre sus conquistas una intachable consecución de escenarios repletos, que sube en efervescencia, calidad y cantidad (de público) con el paso de las horas, los días, es difícil de explicar. Producto de una causalidad basada en el amor propio, un trabajo consciente y consecuente, un mensaje propio (evitando los discursos prefabricados de estos días) y con un colectivo popular que lo impulsa cada día más alto lograba lo que hasta acá puede definirse, sin titubeos, como un hito. A saberr: Makena, Roxy Live (x2) , Niceto, Groove (x2), La Trastienda (x3). Si, parecen ser la nueva banda de moda. Quedate a leer, porque resulta que son mucho más que eso.

A las 21 hs estaba todo dispuesto para empezar a disfrutar de una nueva noche en un clima particular que ya es clásico en cada show de SLB: camaradería, buena onda, amigos de amigos conociendose, respeto, alegría, clima de fiesta. Cuando las luces se apagan y aparecen Santiago Aysine (Voz) Beto Grammatico (Guitarra), Gonzalo Sosa (Bajo), Julian Baranchuk (Batería), Santiago Maggi (Teclado) y Mauro Ostinelli (Saxo) todo conjuga en perfecta armonía para darle paso a ese ritual que es verlos en vivo.

Podría contar que la lista arrancó con Somos, Sueño, Mercedes, Aventura Diurna y Duelen, pero que importa, si estos chicos, este grupo de hombres lograban dibujar las caras de los presentes con una sonrisa, porque no lo dudo, además de disfrutarlo, todos estábamos contentos por este nuevo logro. Porque Salti se convierte día a día en una bola que crece y crece, que va arrasando con lo que encuentra a su paso, logrando darle voz, voto y nuevas consideraciones a aquellos que pensábamos que todo estaba perdido. Realzan el valor de la lucha, la amistad, el coraje, la bondad, la verdad, el idealismo, entre otras cosas.

El show estuvo a la altura de las circunstancias y continuó con El Centinela (reversionado), Del Árbol (con la imprescindible presencia de Ay! Mamá y Nahuel Amarilla de LPQLP), Estigma, Hay que saber (con violinistas invitados, aumentando la emotividad del asunto), Considero (tema para el cual sumaron contrabajo y violonchelo) y Solsticio (con Marcelo Gomez en guitarra acústica) conformando así el lapso más fuerte de la noche.

Para el final quedaron Ilusa Ilusión (con versos de Polaroid de locura ordinaria), Tu Entrega, Quien dice, Que nunca se repita, y el cierre a todo trapo con Búsqueda, Seremos y Que salte la banca. Pero creo que tampoco importa mucho. Lo verdaderamente importante es el lugar que vinieron a ocupar y tomaron por asalto, a base de esfuerzo, conciencia y felicidad, haciendo palpable la frase que reza que "Una revolución sin baile, no vale la pena". Rompieron el molde, despabilaron el letargo de las canciones intrascendentes y van por más. El público agradecido por el éxtasis de dos horas y media que se disfrutó, se vivió, se vibró. Parece que esto recién empieza. Larga vida a Salta la Banca.

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